Actualmente las buenas prácticas están presentes en muchos aspectos de la vida de una organización, pueden ser en materia de medio ambiente, salud ocupacional, recursos humanos, calidad total, etc. Partiendo del concepto que una buena práctica es aquella forma óptima de ejecutar un proceso y que puede servir de modelo para una organización [1].
Específicamente en el campo de calidad total es usual escuchar que las empresas acojan un Modelo de Gestión (un procedimiento que estandarice sus procesos con tal de lograr los objetivos).
En este caso particular se analizará el modelo de gestión PDCA, basado en el modelo de Deming (Planear- Hacer- Verificar- Actuar), y perfeccionadas en Brasil por Vicente Falconi [2].
Este modelo PDCA, tiene dos ciclos distintos que se explican a continuación.
- SDCA, Gestión de Rutina, en la cual se mantienen resultados por medio de la ejecución de procedimientos, y se analizan las anomalías que surjan de los procesos.
- PDCA, Gestión de la Mejoría, por medio de se alcanzan metas de mejoría eliminando problemas crónicos por medio de proyectos.
Como parte de la verificación del ciclo PDCA, se establece la constante revisión de los procesos y procedimientos. En el caso particular de la organización, por medio de auditorías de Gerenciamiento de la Rutina Diaria (GRD), que elabora el departamento de mejora continua del corporativo.
La más reciente de las auditorías nos hizo ver de una forma bastante reveladora de la gran oportunidad que tenemos para mejorar en nuestros procesos de mejoría, valga la redundancia, por medio del gerenciamiento de proyectos y metas (gestión y ejecución). Este adecuado gerenciamiento de los proyectos es justamente lo que propone el PMI con sus buenas prácticas en la administración de los proyectos.
Se puede ver que en el caso de lo que el PMBOK define como los grupos de proceso (Inicio, Planeación, Ejecución, Control y cierre), son análogas a lo que define el PDCA (Planear- Hacer- Verificar- Actuar) como menciona Chamoun (2002). Con la diferencia que en el último paso, el cierre se tomaría dentro del Actuar, que es establecer y definir las acciones a seguir una vez concluido el proyecto, justamente lo que propone el PMBOK (2008) para sus distintas áreas del conocimiento (Integración, Calidad, Comunicaciones y Adquisiciones), en lo que llama las lecciones aprendidas.
Una vez que se tiene claro el concepto de los grupos de proceso en el desarrollo del proyecto, es necesario incorporar las áreas del conocimiento y es ahí donde la organización ha tenido sus mayores yerros, ya que a falta de una idea clara de las buenas prácticas en lo que a la administración de proyectos se refiere, se han manejado estas áreas de una forma independiente entre sí. Hasta ahora la figura del director de proyectos se ha centrado en lo que a tiempo y calidad se refiere, dejando el aspecto del costo en manos de otro departamento, lo que causa que al final del proyecto se encuentre con un escenario donde se ejecutó más dinero del que se tenía destinado. Una adecuada incorporación y manejo de las áreas del conocimiento será posible en tanto se comprenda e identifique el papel que tienen los distintos departamentos de la organización en la ejecución de un proyecto.
En lo que a la gestión del gerenciamiento de los proyectos se refiere, se encuentra que dentro de la organización no existe una figura formal que tenga a cargo la administración de todos los proyectos de la planta de producción (en este caso particular, una planta laminadora de aceros largos). En este aspecto el primer paso es redefinir el papel del ingeniero de proyectos, de forma que sea reconocido como la figura encargada de dar seguimiento a los proyectos y ser el vínculo entre la gerencia de planta y los directores de cada proyecto. Además se debe incorporar de manera clara el manejo de los programas de proyecto (por departamento o por indicador asociado al proyecto en particular), así como la administración del portafolio de proyectos, que actualmente se conoce como la Matriz de Gerencia.
Un aspecto fundamental que no se puede dejar de lado, es el soporte que da la gerencia al desarrollo de los proyectos, esto es brindando los recursos necesarios tanto los económicos, de información, humanos y por último y el que más se reciente en la organización, el tiempo. Todo proyecto requiere un adecuado periodo de estudio y ejecución, con tal de asegurar un buen resultado y evitar a toda costa el retrabajo. Se dice que cuanto más tiempo se dedique al planeamiento (identificación, análisis del fenómeno, del proceso y definición del plan de acción) 50% aproximadamente, menor será el tiempo requerido en la ejecución, verificación y acción final del proyecto.
Si se toma la definición de calidad total de Falconi (2004), calidad total significa satisfacción para todas las personas (clientes, accionistas (shareholders), empleados, vecinos y etc.), se puede ver claramente cómo el concepto de los stakeholders y la satisfacción para todos ellos calza con el concepto de las tres limitantes, costo ( sector financiero, patrocinadores), calidad (quien recibe el servicio o producto), tiempo (patrocinador-cliente), y por último la que menciona Chamoun (2002), el desarrollo de relaciones a largo plazo, lo cual asegura la sostenibilidad de la empresa en el tiempo
El reto es alcanzable, en tanto ya se cuenta con el procedimiento para ejecutar las acciones, que es lo más difícil desde un escenario en donde se parta de cero. La experiencia de la organización y su buen dominio del ciclo de la rutina permite que hayan buenas prácticas que ya se tienen incorporadas en la gestión diaria, con lo que hacer un enfoque más robusto que incorpore aquellas áreas de conocimiento que se han dejado de lado y su respectiva interacción con los grupos de proceso asegurará un mejor futuro para el gerenciamiento de los proyectos y las metas, y como lo propone el ciclo PDCA, identificar oportunidades de mejora
Referecias:
[1] Buenas Prácticas FEAPS ¿Qué son y cómo se valoran? (2009, Junio). Calidad FEAPS
[2] Falconi, Vicente. (2004) Gestión de la rutina del trabajo del cotidiano (8º edición). Brasil: Nova Lima INDG.
Bibliografía:
Chamoun, Yamal. (2002). Administración Profesional de Proyectos La Guía. México, DF. Mc Graw-Hill Interamericana, S.A. de C.V.
INDG. (2002)Programa Seis Sigma, Black-Belts. Brasil
PMI. (2008) Guía de los fundamentos para la dirección de proyectos (guía del PMBOK). (4º edición). Pennsylvania